Hoy fui a mi primera clase de patchwork, en los talleres que dicta Buenos Aires Quilting. Lindo. Pedagógico. Y estrícto.
No me malinterpreten. Muy buena onda. Pero, un aspecto que no habia notado de este arte es la necesidad que la elección de la tela, el hilo, cada línea de lápiz, cada corte, cada costura sean perfectos. Ni más ni menos: ahi. Si no está bien, se rehace. Hasta que salga bien.
Casi que se puede trasladar la filosofía Jem´Hadar al quilting.
«La obediencia trae la victoria, y la victoria es vida»… se traduce a: la prolijidad trae perfección, y la perfección hace al quilt.
«Ese es el orden de las cosas»… ni se traduce porque es asi. Las cosas se hacen en ese orden, no innovar.
Mis dos primeros bloques.
Tengo que hacer dos más de tarea. Aunque creo que haré algunos más para practicar.
ES SUPER MEGA FANTASTICO!!!
Que bueno que estés yendo al taller 🙂
maaaoo… tienen su onda ¿no?
beso
fashion lenix…que me estas haciendo??? ehhh??? ehhh???
estemmmmm… ¿yox?
[…] Septiembre 2009 de Nix ¿Se acuerdan del resultado de la primera clase de patchwork? Bueno, están mal. Esos bloques deberían medir 6.5 pulgadas y miden menos. Culpa de la tela que […]